De nuevo escucho al viento, millonario en suspiros,
arrastrar sordamente su melodía amorfa,
por un cruel artilugio recibe las
palabras
para reproducirlas convertidas en sombras.
Lo escucho y siento pena, ¡pobre viento
cansado!
del ímpetu baldío en su melodía sin
forma
¡Tantos oídos sordos para sus torpes
gritos!
¡Mil voces escuchadas, pero ninguna
propia!
Él cumple sin embargo aquel sino inexorable,
Repitiéndolo siempre con lentitud
nocturna:
Ser el amo y señor de la palabra muerta
pero no ser capaz de retener alguna,
pues cuenta la leyenda que antaño fue un poeta
cuyos osados versos sonrojaron la luna.
Como siempre, me encanta. Gracias pro compartir los deliciosos frutos de tu talento.
ResponderEliminar¡Mi Dianis hermosa! Es una halago viniendo de una verdadera poeta como tú.
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