10 de febrero de 2018

PAÍS MENOS "PIOR"


Por Mary Zamora




          Hace poco leí un tuit en la cuenta de @sebacreton que reza: "El producto mejor terminado del capitalismo es el pobre de derecha." Ignoro si será de su autoría pero considero que refleja una absurda realidad colombiana en la que vemos como, mandato tras mandato, resultan elegidos candidatos perteneciente a la clase política tradicional, esa clase política de las élites, de las mismas castas, de los mismos apellidos; esa clase política que ha contaminado de corrupción todo el establecimiento estatal; la misma que ha recurrido a prácticas como la trashumancia electoral, la compra de votos, el constreñimiento al elector entre otros delitos, para atornillarse al poder; la misma que más o menos en la década de los 40´s desencadenó la terrible violencia bipartidista y con ella, la aparición de las guerrillas en el país con las consecuencias que ya todos conocemos. 

          Pese a todo ello, asistimos a una suerte de repetición perpetua de Mouseland, el mundo de los ratones gobernados por los gatos, aquel discurso que Tommas Douglas pronunció basado en la fábula de Gillis. Es así como en Colombia, por tratarse de año electoral y teniendo en cuenta la firma de los Acuerdos de Paz con las FARC, sumado a los cambios a todo nivel que exige su implementación, la más rancia ultraderecha de la mano de los grandes grupos económicos y de sus vasallos, los medios, enfilan baterías en aras de impedir que ese estado de cosas que ellos mismos han creado y del que tanto se han beneficiado, cambie. Nada importan la coherencia, la decencia, los postulados. Atrás quedan las rencillas, las diferencias, los señalamientos mutuos. Para la ultraderecha todo vale. Las alianzas están a la orden del día. Los discursos plagados de odio, patrioterismo y bravuconería se escuchan aquí y acullá. Estos falsos "mesías" encontraron además el chivo expiatorio propicio a su mezquindad, a su vileza: Venezuela. Y se inventaron un "coco" espanta zopencos y mentecatos al que bautizaron "castrochavismo". Y, emulando al ministro de propaganda del gobierno de  Hitler, el peligroso Goebbels, aplican sus ruines principios inventando noticias que distraigan las malas noticias, exagerando y desfigurando la realidad, repitiendo las mismas mentiras una y otra vez hasta hacerlas lucir atuendos de verdad irrefutable. 

          Pero como si todo lo anterior no fuera lo suficientemente penoso, día a día nos topamos en los ámbitos real y virtual con ciudadanos cuyo único interés político es hacer las veces de cajas de resonancia, de meros repetidores. Con estos pobres alienados es imposible tener la más mínima conversación o esperar que escuchen argumentos, lo que no hace más que validar la eficacia del Principio de Vulgarización de Goebbels que expresa: "Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar." 

       En ese orden de ideas cabe preguntarse: ¿porqué la masa colombiana no reacciona ante la opresión que ha tenido que soportar durante décadas por cuenta de los gobernantes de la derecha y su corruptela? ¿Será por la ridiculez de ser uno de los países más "felices" del mundo que prefiere el "malo conocido" que roba al "bueno por conocer"? ¿Será culpa de la cultura narcotraqueta que lo acostumbró a aceptar que "el vivo vive del bobo" y le gusta hacer el papel del bobo? ¿Será por su arribismo con unos y su servilismo con otros? ¿Será que el colombiano heredó de la madre patria un gen de la deshonestidad? ¿Será su doble moral que le impulsa a inventarse pajas en el ojo ajeno para disimular las vigas de su propio ojo? ¿Será que lo mejor de Colombia finalmente no es su gente como les gusta pregonar a muchos por ahí?

          Personalmente, creo que somos de la estirpe maldita de los Buendía. Que sufrimos hace medio siglo la enfermedad de la memoria. Que uno de nuestros pecados consiste en mirar para otro lado (para el lado de RCN, por ejemplo). Que si no actuamos ahora ya no tendremos una segunda oportunidad sobre la tierra. De ser así, me avisan , por favor cuando nazca el niño con cola de cerdo. 

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