2 de marzo de 2015

Posibles Incoherencias

Por Mary Zamora

Un árbol a crecido en mi garganta y sus ramas pugnan por salir; en los párpados pesados de hojas vinieron a anidar algunas aves y en el pecho, invadido de raíces, palpitan gusanos y larvas...


He cubierto mis oídos:no quiero que la savia se precipite.El ridículo artilugio reproduce una música discreta y lejana.Lontana, anche vicina per me. 

La vida sin problemas no es otra cosa que la muerte. Mi estómago,repleto de maripositas podridas, tontas y cretinas, se siente sin embargo vacío. He intentado llenarlo con alimentos, pero sospecho que hay algo roto, alguna fuga, porque todos han ido a parar a la cintura. 

Espejito, espejito en la pared, recordándome todos los días que el maquillaje no reemplaza la ladina juventud que ya se fue...y la gente invitándote a sonreírle a la vida mientras ella te muestra una mueca desdentada. ¡Por favor! 

El olor dulzón del tinto hervido y vuelto a hervir en la greca me recuerda que hace frío y quero irme, pero hoy tengo manos y pies de torpe palmípedo...¿Los amigos? Ah, sí, los amigos, claro, la sociedad, los buenos samaritanos que regalan un pan, a la par que arrojan una piedra. Sí, creo que debo recurrir a ellos, contestar sus preguntas nacidas del morbo y decirles lo que quieren oir. 

¿A alguien se le perdió este "tiempo" que me acabo de encontar? Para qué vivir tantos años si se ha de hacer tan poco con ellos. La gente deambula inocente por la calle sin saber a dónde diablos se fue su tiempo: días de más son días de menos. 

Ojalá mañana amanezca siendo un perro. Lameré mis testículos, haré un par de señas inteligentes para orgullo de mis amos, sacudiré mi exceso de pelos y aguardaré por mi merienda. Sí. 

Por la ventana se acerca una nube y su amenaza de algodón. ¿Para dónde se fue la inocencia de los niños? Sus miradas son de pequeños malhechores, de astutos maleantes. Claro, aquí los padres protestarán, mientras un árbol ha crecido en mi garganta,mientras cada palabra desdeñosa que sale de tu boca, uomo non piú mio, es un hachazo devastador para esta voluntad mermada. 

Y Dios sordo. Y Dios ciego. Y Dios divirtiéndose un poco mientras un árbol ha crecido en mi garganta y se deshoja de a poco, y se quema, y se pudre, y se inclina temeroso, y pesa, y cansa...¿Alguien ha visto a Dios? ¿Alguien podría darle un recado de mi parte?


N A D I E  


3 comentarios:

  1. Este fin de semana compré fertilizante, por si te hace falta para tu árbol.

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    1. Querida Margarita:me serviría más la dirección de un aserradero. Gracias por leer y un abrazo.

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  2. Espero que ese árbol pueda al menos en su ocaso, reverdecer de esperanza y darte nuevos frutos. Solo una pequeña observación: en la penúltima línea: "¿Alguien ha visto a Dios?" iría con h, ya que es ha del verbo haber. Abrazos, maravillosa amiga y talentosa cuentista.

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